El peso de la culpa

26.04.2022

¿Quién no ha sentido el peso de la culpa? Es nuestro pan de cada día.

La culpa es una emoción desagradable que nace cuando hay una lucha interna entre lo que quiero y lo que debo, lo que hago y lo que debería, lo que hice y lo que haría ahora.

Las creencias a nivel social, familiar, religioso, etc. nos influyen a la hora de sentir culpa.

Ejemplo: Una chica que deja de salir con sus amigas porque su pareja constantemente le hace comentarios juiciosos respecto a lo que debe hacer una chica que no está soltera. Este es el tipo de culpa en el que vemos como una emoción agradable (disfrutar con sus amigas) está en lucha con las creencias de su pareja (no ve bien que salga con sus amigas). Un significado que puede haber de esto es que si no cumplo con lo que me dice o lo que espera, no soy buena como pareja.

Esta emoción aprendida provoca una lucha interna entre lo que quiero y lo que me está diciendo mi entorno, basado en creencias, valores, etc. Creencia en contra de emoción.

Las personas tienen diferente nivel de culpabilidad. Existen personas que por cualquier cosa se sienten culpables y se cuestionan absolutamente todo, son personas inseguras que priorizan las opiniones de los demás. Y, por otro lado, hay personas que cometen un gran error y no se sienten culpables.

Es necesario desmontar y tolerar el error porque forma parte de nuestro aprendizaje. Cometer errores está mal visto, no queremos equivocarnos y con frecuencia aparece el castigo. Deberíamos ver el error como una necesidad de las personas que nos da la oportunidad de aprender.

En ocasiones, lo que hacemos no es un error como tal sino transgredir un valor familiar o un valor aprendido socialmente. Esto nos genera un conflicto interno.

Deberíamos practicar mucho más el perdón y ser más benevolentes con nosotros mismos. Para ello, tenemos que ser conscientes de nuestro diálogo interno ya que nos ayuda a ver cómo nos han hablado en casa, si estamos reproduciendo etiquetas, juicios, etc..

Para trabajar la culpa, es necesario aprender a responsabilizarnos de lo que depende de nosotros para solucionar ese problema y poder perdonarnos. Esto no significa que me olvide que he cometido un error.

En consulta llevamos a cabo un plan para gestionar todo aquello que nos preocupa y saber enfocarnos en aquello que podemos controlar, diferenciando la culpa provocada por un error, de la que sentimos por haber transgredido un valor de nuestro entorno.

Necesitamos transformar esa culpa en responsabilidad.

Patricia Cano García
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